Instrumentos musicales, hombres y mujeres, vino mucho vino, en un espacio imponente rodeado de la Cordillera de los Andes… Parece una descripción de un cuadro barroco, con la cantante lírica que sobresale entre la multitud y recibe todos los aplausos, pero no, es lo lo que hemos vivido en el último finde largo.
Cada ciudad tiene sus costumbres, y mientras que en Tucuman subimos a ver la Pasión de Cristo en Tafí del Valle, la semana santa en Mendoza es Música clásica por los Caminos del Vino. El evento que convoca a los ciudadanos y recibe a los turistas para disfrutar de muy buena música en un espacio único como lo son las bodegas y lugares típicos, con la tradición de la entrada a fin solidario.
Atravesar los viñedos, pasar en medio de los tanques y bajar 8 metros bajo tierra hasta la cava para ver el piano listo a ser acariciado sobre un piso de piedra con el diseño de la rosa de los vientos, con cada una de sus puntas orientadas hacia los puntos cardinales. Me senté de frente al centro e hipnotizada por el aroma a vainilla y especias que emanaban las 5000 barricas allí albergadas, escuche el primer adagio a cargo de violines, chelo, viola, arpa y más tarde se sumaría el piano.
Y no podía dejar de pensar en cuántas veces había imaginado este momento, con el roble francés sirviendo de respaldo, donde cada sonido se sumia a la complejidad del vino que tomaremos en unos meses.
¿Pensamos en la mûsica a la hora de degustar un vino? ¿Será que ello puede modificar la sensación del vino? ¿Cuál es la compañía a la que le damos más importancia?
No es alocado pensar en la música para maridar un vino, de hecho, un estudio ha demostrando que las personas están cinco veces más motivadas a comprar vino francés si escuchan acordeones. Y desde tiempos inmemoriales el vino y el arte han maridado bastante bien.
Entonces, si un buen vino es aquel que manifiesta aromas exponentes en nariz y supera la experiencia en el paladar, a lo que en la música sería melodia y armonia.*
Así, pudimos disfrutar de un frutado merlot con música italiana antigua en Maipú, un chardonnay dulce y untuoso en boca para escuchar un octeto esloveno en Luján de Cuyo, un rosado floral y seco que va muy bien con un tango de Piazzolla interpretado por cuarteto de saxofones en Valle de Uco, entre muchas más opciones, que fueron el maridaje perfecto para destacar la mejor expresión de cada vino.
¿Y vos qué música elegís para tomar tu vino favorito?
¡Supermaridaje! Killka Malbec de Bodega Salentein con una cueca cuyana, a cuerdas y piano, en tiempo de cosecha.
*La música cautiva del vino, Carlos Delgado.